La pelea entre los criminales y la polic’a, las leyes y la justicia es tan antigua como el mundo. Pero existe otro tribunal: el del periodismo, que, desde siempre, registr— los cr’menes m‡s memorables. Especialistas en la llamada cr—nica roja, y sin embargo angŽlicos, Javier Sinay y Osvaldo Aguirre liberaron de la prisi—n de los archivos algunos de los textos policiales m‡s recordados de los œltimos 150 a–os en la Argentina.\r\n\r\nCuando era un chico y ya so–aba con ser periodista, segu’ con devoci—n (Ày con morbo, tal vez?) el d’a a d’a de la investigaci—n sobre el asesinato de Alcira Methyger, descuartizada por su novio, un tal Burgos. A–os despuŽs, transitŽ una sensaci—n similar leyendo los relatos llenos de claroscuros acerca de la muerte de la joven Mirta Penjerek. Este libro Ðvaya viajeÐ me vuelve a instalar en aquellos d’as; para m’ inici‡ticos. \r\n\r\nEste y otros muchos casos, resueltos o no, pero que en su momento tuvieron la condici—n de dejar insomne a medio pa’s fueron contados por periodistas admirables Ðde Roberto Arlt a Cristian Alarc—n, de Enrique Sdrech a Rodolfo Palacios, de Emilio Petcoff a Ricardo Ragendorfer, entre muchos otrosÐ y figuran en esta verdadera exposici—n de notas, tan estremecedora como œtil. ÁExtra! no s—lo es un llamado de atenci—n para poner a prueba la sensibilidad colectiva: tambiŽn confirma que algo de lo maligno est‡ en cada uno de nosotros y en la condici—n humana.